martes, 17 de julio de 2007

Rondando por los caminos de las flores rojas descubrí un corazón de oro. Lo sostuve entre mis manos. Parecía contener algo en su interior, pero tenía una cerradura que hacía imposible abrirlo. Busqué desesperado la llave que abriera aquel solitario órgano del amor errante.
A lo lejos se veía la sombra de un pájaro que se encontraba a lo alto, jugando entre las nubes. Y así fue como descubrí una flor distinta a las demás. Una flor sin vida, marchita ya, y deshojada por los crueles amos del tiempo. Me sorprendí al ver que la corona de la flor contenía una llave. La tomé y observe que en la cabeza de la misma se hallaba la figura de un corazón sutilmente tallado. Entonces decidí usarla en el corazón de oro que había encontrado.
Que sorpresa me llevé. Dentro del corazón hallé una melodía terrorífica y mística a la vez. Ella me llevó por un túnel de inmensas texturas perceptibles con todos los sentidos, indescriptibles. Encandilado volaba dentro del ojo de una tormenta dulce y placentera.
Me invadió la paz sonora, esa que puede transformarse en el caos rítmico de dieciséis majestuosas semicorcheas. Ahora me acompaña un poder inigualable, una compañía. Un poder que es solo mío y que no sirve contra nadie, sólo para mi y a favor mío. Como un ángel.

martes, 10 de julio de 2007



Perdido
vagando en mi Conciencia
Siempre pienso que mi Inconciencia
es otro mundo
lejano
estoy de ella
pero esa lejanía es la que me da la fuerza
el poder de volar hacia el balcón
celestial
Inspiración
Creación
Muerte y nacimiento
Resurrección