sábado, 31 de octubre de 2009

------------------------------------------------------Es la calma de esas paredes
------------------------------------------------------cuando están por sucumbir ante las
------------------------------------------------------maniobras del dios del trueno,
------------------------------------------------------violento.

Han matado al ser supremo y ya no hallarán más que cenizas y sangre negra en los pantanos que aquí yacen; se pudrió el tiempo, y los gusanos con él. Obsérvese ahora cómo todo se torna oscuro, ahora que las grises nubes caen como pedazos de muerte celestial, ahora que Dios entrega su último banquete para no ser asesinado por sus más fieles súbditos. Aun así en vano lo hace mientras es degollado por el gusano gigante que alguna vez luchó contra la prostitución de las almas. De sus truenos ya no se espera ni la oscuridad ni el fuego: ya han quemado demasiada carne -como aquel niño calcinado en vida por desobedecer a sus padres; clavaron una estaca en la oscuridad del anochecido campo, lo ataron a ella y comenzó el ritual. Su dios de la benevolencia y expiación acudió y se ocupó de ello: despedazó al pequeño.
La calma, pérfida traidora, se mufó de todos, y ahora el muro es sostenido por los idiotas del mundo, como siempre.

viernes, 28 de agosto de 2009

El mundo bajo el mundo

Bajo la cama había otro mundo, lo sé perfectamente, y lo supe desde que tuve edad para entender cosas como la oscuridad, la luz o el calor.
Comprendí desde temprano que había algo que estaba siempre allí, perenne, atento y al acecho, dedicado a observarnos pacientemente, esperando a que surquemos la zona prohibida para atacar. Al principio me figuraba ese orbe como algo nefasto, siniestro, más allá de nuestro discernimiento, aunque claramente inaccesible para mí, pues al asomarme no hallaba más que un par de pequeños zapatos tal vez.
Por más que quisiera, se agotaban mis intentos por descubrir la verdad oculta bajo ese misterio. Bastaba pararme un segundo al lado para sentir el escalofrío que aterraba a mis piecitos y estremecía mis sentidos. Esperaba lo peor: una oscura mano, de uñas largas, venas prominentes, dueña de una malsana furia desquiciada, deseosa de llevarme, raptarme a su mundo, un mundo de tormentos, un desierto de médanos negros, palmeras gigantescas y marchitas, nubes violáceas con ángeles caídos sobre ellas, jugando a quién sabe qué clase de macabro juego. Pero no, nada sucedía, entonces mis congojas se acallaban. Recuerdo lo rápido que me bajaba o subía de mi cama para no lidiar con esos extraños seres que hasta ahora sólo manifestaban su ausencia; sin embargo ahí estaban, yo lo sabía.
No obstante no demoré en darme cuenta de la magnitud de su cruel solaz. Descubrí la verdad. Tales ataques, esas apariciones que con tanto pavor esperaba, sí ocurrieron, todas y cada una de las veces que creí lo contrario (y pensar que me sentía a salvo cuando los demonios "no se hacían presentes"). Ellos golpeaban de la forma más macabra, más tenebrosa: ¡Por medio del miedo! Imbuían su mundo en mi mente, el desierto negro que con candor creí irreal, las palmeras marchitas, los ángeles del mal, todo diseñado en armonía para que yo lo vea sin moverme de mi cama. Creaban en mi conciencia una reproducción perfecta de aquel lugar y se burlaban del temor que ello me ocasionaba.
A fin de cuentas, creo que sí llegué a estar en esa extraña dimensión que moraba debajo de mí, pero sé que nunca voy a poder volver. Aunque tengo mis dudas. A veces, cuando voy a acostarme, algo parece aterrar a mis adultos pies.
acecha la inminencia de la tormenta, de una cálida tempestad
¡ah! el llanto del aire...
los cuerpos de la noche se saben marchitos ya
¿y a qué el silencio henchido de brisa si los sueños de algodón no dejan las penas de la luna ver caer?
¿a quién?
Espacios vacuos atiborrados de nada, tan sólo de mugre tal vez, esa asquerosa que usan para manchar sueños ajenos, utopías posibles o rumores de voces lejanas clamando por un afuera.
Lejos, lejos, nosotros, sus enemigos, fecundos soñadores, despiertos o dormidos, no importa, dispuestos a quitar esas manchas de nuestras caras, nuestras ropas, y de todo lo del mundo nuestro, porque es así justamente, es nuestro, y debe estar limpio por siempre.
Acabando lo maldito termino por decir que he vivido en lo extraño del horizonte, en esa línea que sólo se ve de lejos, inalcanzable, interminable, intranquila de soledad.
He acabado allí, estado a lo lejos para verlos a ustedes, pequeños hombres, mujeres, poetas, los observé desde lo lejos, allí donde ustedes ven, con ojos fulgorosos de abrazos, la necesidad de un cálido beso de verano. Me senté allí para reírme de ustedes, porque llegué a lo fatuo, porque alcancé el elixir de la no-vida, la no-muerte, y comprendí que cuerpo y sombra son uno.
Vi sus lágrimas, ¡Qué triste es su vida! Nadan en mares de sangre, respiran distancias de amor.
Qué horrible fue, sin embargo, penetrar esa existencia de lo lejano, horizonte impío. No pude sino más que sufrir por carencia carnal, sed de placeres terrenales, mal de la humanidad. Ustedes muriendo, yo agonizando de austeridad. He comprobado que morir no es peor que la ansiedad, falta de calor, rubor o amor.
Y aquel otoño, falso, ¡qué vale de ese otoño!, hojas verdes o secas me mintieron. Oleajes que los mortales jamás verán me impulsaron entonces a los más terribles confines de la crueldad, en donde el otoño se tornó negro. Árboles sin llorar, otoño sin despertar, y por eso volví.

Este despertar de lo acabado, de la cumbre sin dedos de niños, plumas de recuerdos no escritos.

De la llegada de un extraño crepúsculo que sorprende al espectador, que no entiende, se hunde en pantanos de sangre de un extraño reloj que llora óxido de ratas.

.

perdido,

y tus aves cantan tu ausencia en el fin de la noche.

tus seres pequeños

alados y hermosos

brillan sin brillo

¿dónde está tu rubor?

jueves, 29 de enero de 2009

acariciar labios rojos,
lejanos
romper llantos a distancia
no hay concierto
han encontrado la quietud a cambio de desteñir el cuadro
supieron ver niños que no crecerán, que no jugaron
florecieron un jardín en otoño
-------------------------------el árbol llora sus últimas hojas
dejen de matar nidos sin aves
dejen de culpar niños sin manos

martes, 27 de enero de 2009

toma el papel, escribe algo pequeño en él
lo dobla de a poquito
pliegue tras pliegue
(pequeños ellos)
lo corta en trocitos
y se lo come lentamente

debía tragarse sus palabras

jueves, 22 de enero de 2009

Final

desteñir caballos
jugar sueños oxidados en carrusel
no hay carnaval para quien saltó la noche ya
el niño, que perdió su propio amor
el niño, hombre se va

sábado, 17 de enero de 2009

la calma maldita
o tu boca ardiente
el desierto rojo
o tu espectro presente
las flores sucias (de tierra tosca)
o tu limpio pétalo vainilla
o el caos
¿Pensaste acaso en la lejanía del mundo? ¿Has visto mares distanciados, ansiados entre sí? No comprendiste aún la lontananza que separa este todo. Y asimismo rompiste la brecha, zurcaste el
trecho prohibido, detuviste el tiempo a tu antojo cortando los cables que ahí colgaban, mutilándolos, masacrando penas sin pavor.
Negaste tres veces, luego el gallo cantó que ya te has ido.
Ya te has ido, adiós.

sábado, 27 de diciembre de 2008

Miraré la noche

haré el círculo haré el círculo
segregaré las líneas que rotan lo profundo
confundiré mares contemplaré
alucinaré muelles en profundo mar altamar
besaré lumbres sin pavor
hostigaré un sinfín de estrellas
y miraré
--miraré la noche como nunca antes
--------------------------------------antes de mudar la tierra
nuevo renacer

martes, 23 de diciembre de 2008

coloración oscura
encuentro onírico
ver llorar al más niño
no poder o no saber hacer
irrumpir en constelaciones
en paraísos
en abismos
completar el círculo incompleto
tragar las lágrimas
para ahogar los llantos
para matar las penas
para esconder lo que queda
para no romper la armonía
de vivir o ver morir

no romper el espejo
sin esconder la sombra
no mentir desdecires
caminar sobre el pantano
no nadarlo
salvar lo vehemente
hacerlo blanco
clarificar

domingo, 14 de diciembre de 2008

música, la lluvia construye música
---noche, las gotas crean la melodía
corren en desliz las armonías que mojan paz
---canción de cuna en pequeños tonos de agua
deseos, multitud de espejos tiñen el suelo
---salan los sueños
Sonríe y deja caer sus penas,
juega a soñar un sueño de aguas bellas.
Queda su estela de luces áureas,
tibia como perlas.

Llora y flota su belleza,
corre y vuela o canta de tristeza.
Lamenta versos en penumbras,
cierra la ventana y queda a oscuras.

Tiñe de rojo sus poemas,
azules o grises tal vez antes fueran.
Sólo una gota más de sus ojos
y
su alma está ya en sosiego.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Rosa

cae rosa el cielo en ineludible
----frescor primaveral
le canta a la brisa
----ansiosa de esperar
fulgor copas de cristal
árboles tibios azulados
hálitos se entrecruzan en soledad
----(como el pétalo acaricia al viento)

silba helado el aire en inmensidad
----ostentosa súplica de calor
suben y bajan o caen y suben
----(como astros noctámbulos grises perlados del mar)

es el silencio que antecede al despertar

domingo, 30 de noviembre de 2008

Lluvia


Lloro mares de carbón;
cae la noche y se hace alba.
Sueños mueren en absurdos deseos.

De a poco se crea la calma;
la poderosa bestia, azul.
Ruge el cielo cual temeroso león.

Silban entonces los niños;
creen el agrio cuento del fauno.
No hay hojas en sus primaveras.

Pequeño destello, ojos turbios de anhelo;
camina conmigo, flota en mi mar de grises.
Despierta y sal a jugar.

Suave de mí, seda dulce de ensueño;
toca este cuerpo frío, da calor a mi triste sol.
Hospicio a mi nostalgia.

Jamás habrá brillo como aquél;
nunca un lugar así será.
Colores de algo irreal.

sábado, 29 de noviembre de 2008

Ya no, no se oyen diez cuerdas.
Canta dispersa en el aire;
silencio.

Ya no, no puede amar en su cama.
Hueco vacío y un hombre;
dormido.

Ya no, no hay rojas dulces pasiones.
Ella vestida en aura;
blanca.

Ya no, no moja la luz aquella ventana.
Penumbras cálidas y aterciopeladas;
ceniza.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Noche

Noche, tú me quieres quieto,
paciente de observarte.
Inmenso aquello,
lejos de iluminarme.

Tú me observas ansiosa
con mirada estelar.
Imponente, estás arriba
y me protejes de todo mal.

La suave brisa
le da vida a tu silencio
y en la luna se refleja
la eterna luz de este momento.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Deidad divina, divina deidad,
hubo una vez, una vez hubo,
quien cruzó mares brillantes,
brillantes mares,
para verte ya no llorar.

Llorar por no verte ya,
pequeño cielo, alas blancas en vuelo.
Tu luz sólo veo, sólo veo tu luz
cuando emprendes ese vuelo.

Vuela y aquí me tienes,
llorar por no verte ya.
Mas tu luz tiñe el manto azul;
pequeño cielo, emprende tu vuelo.

Como el mar,
vuela ya que nadie te verá.
Da tu luz a mis ojos
y mis ojos luz te darán.

domingo, 16 de noviembre de 2008

El fin del mundo de cualquier día de esos

Las gotas ya no sólo eran cristales que se desprendían del firmamento.
Las calles, oscuras, comenzaban a derretirse formando lagos de desesperación.
Las almas emprendían su desaparecer, subiéndose a los grandes carruajes que las transportaban
hacia su ansiado palacio real.
Algunos todavía luchaban con sus primitivos escudos; otros, resignados, corrían con desolación.
Las turbias aguas del horizonte se agitaban con furia, y los verdes caminos se hacían grises de
tristeza.
Una vez más, el fin del mundo azotaba sin piedad.

Del hombre que no puede ver

Es difícil darse cuenta cuán hermosa logra ser
la melodía de un ave
en el pleno amanecer.

Dejemos entonces llevar
a esa mente que sabe creer.
Plantémosla lejos
del hombre que no puede ver.

Como el suspiro cayendo en letargos en búsqueda del hogar cuando el hombre busca su canto entre
el ausente trozo de carne pensante, cortando el último aliento de pesquisa terrenal mientras va
por los oscuros lejanos negros bosques temerosos diablos rojos copiosos, piadosos de un
espectáculo de flores dan atención a su regalo, no podrán negarse al canto del más bajo cuando se
trata de un legado, es lo bello del engaño: creer que es necesario rogarle al diablo; pues creer,
entonces, no es certeza sino estar doblegado.

Entonces lejos, donde esté ido.
No necesite luego dónde ver.
Así deslizarme hasta la huida,
sostener la esperanza de crecer
y nadie más que reine como los días pasan.

Creo sólo por mí,
por los demás creer no.
Estoy yo aquí,
aquí yo estoy.

Sólo...

Sol matutino, tan dorado que me proteges.
Si a dormir fuera, ahí estarías; mirando
en mi búsqueda, diurno astro.

Elegante brillo, la luna no eres.
Creería que un dios eres si pudiera en mis sueños verte.
Luz, llanto encandilante.

Intentar la locura no acatar, esbozos de algo real.
Esperanza, sueño, eterno sueño, deseo.
Pero si fuera a dormir no llegaría a tiempo, me iluminarías
antes del anochecer; o el alba cruel.

Quizás, sólo quizás encontraría...
en el reino dorado habita el lobo que busca a sus sabios.
¿Se subliman aclamando clemencia los liberados
o son esos sus llantos?

Ya lo creo, lo bello no era sagrado.
Suficiente, despedida, lejanía;
ya el canto anuncia el final,
ha llegado el verano.

viernes, 31 de octubre de 2008

¿Y quién es sino la dama
que nos cierra los ojos
en esas noches en que todo
toma su vuelo,
vueltas y vueltas,
revuelo en el sueño?

Que me arrojen al infierno
o se caigan sus cabellos.
ya no creo en lo más bello,
bailo sin lamentos.

sábado, 25 de octubre de 2008

Brisa


Yace ahí el colgado, pequeña criatura inocente. Tú lo has matado. Exquisitas sopas de llantos, espíritus corpóreos; y mar de lágrimas, seco el mar de lágrimas.
Claro como el invierno, oscuro como la carga eterna de un condenado. Emergiendo en tamaño, creciente sonrisa o un festival de sangre que lamenta cada final suyo, cada poesía conluída por el alba que no llega, y no llega, y desespera al danzante que de pronto aparece para llorar un otoño de brazos marchitos.
Suaves gotas, cálidas se deslizan, abren o cierran o crean la melodía de un comienzo fugaz que ya se termina, efímero.
Conservando esa sonrisa se despide, adiós y bienvenido nuevamente. Cayendo la noche absorbiendo súplicas dulces anaranjadas, persiguiendo la tenue brisa de mariposas, las pequeñas cosas bellas, invisibles.
Fuego en el aura del mar, quemando seres, jugando solemnemente con aire primaveral. Tócanse cientos de estrellas flotando cual rumbo incierto de absurdos caminantes.
Ya no podrá ver todo aquello que sus ojos gustaban de beber.

sábado, 18 de octubre de 2008


¡Qué caótico es cada paso!
Al darse con la lluvia y las penumbras
se vuelve remolino, creciente, disperso.
Sencillos ojos de azul y verde pigmento
o el pasillo al fondo de uno mismo.

Creer que sólo se puede perder,
tonto, banal.
Encender la hoguera de la verdad
y apagar el fuego de la mentira
para llegar alto, más alto.

Intentar siempre regresar a lo fatuo,
como el ave que renace,
y volver por la puerta de atrás,
mojado por un océano de dulces sales
y amargas frases.

sábado, 19 de julio de 2008

Canto a lo perdido

Ninguna mirada a tus ojos
y otra vez
no poder teñir al firmamento
con ojos al viento.

Marchando, el consentido.
Obnubilado, el cretino.
Creando caminos
para el peligro.

En el castillo del rey,
dentro del oro,
justo en la boca de la serpiente,
la antigua y preciada tierra.

Añejados los pasajes del oeste están,
nuestra mejor opción aún será.
Y el jefe azul es quién nos manda.
Trata de llevarte consigo
a la ciudad de donde vino.

Bajando por el corredor
he encontrado restos de vino y...
subiendo la escalera he abierto la gran puerta y...
detrás de la cortina me he escondido advertido y...
caos, exitación y aceptación, entrega al placer,
malvado surrealismo.

Encontrémonos en la cima,
veamos qué tan cálido es todo
cuando al fin sabemos
que el cielo ha mostrado su real rostro.
Todo es real,
ya no hemos de llorar por la aparición de algún monstruo.

Sentado a la mesa, ante un banquete divino,
creemos una farsa,
todo es un canto a lo perdido,
mis ojos ya lo han visto.

domingo, 13 de julio de 2008

Cabalgatas oscuras que se ausentan en mí

esperando a que el día se haga luz.
El niño juega
mientras el asesino acecha las calles

El placer de tocar al otro,
traducir un sentimiento.
Que tú sientas lo que yo siento,
circundantes y eclípticos movimientos.
Surrealistas expresiones flameantes
por debajo nuestro.

Que gire la cadena, pues.
Una cabalgata dentro de la casa
donde el niño nació.
Caballos en la noche
divirtiéndose a galope.

Sostiénense los apócrifos mandamientos del sabio,
y las palabras se hacen trizas
al caer profundo,
inframundo,
detrás de la cortina todo está difunto.

Dime, ¿tienes sueños para esconder?
¿Algo más para intentar?
Tropezar con la escalera, miles de colores entonces.
La ventana abierta que no ve sus propios ojos,
la luz de la luna nos conduce.
¿No oyes el motor?

Ven, nademos en lo profundo
de nuestra luz lunar.
¿Es esto el amor
o es esto la luz del sol?
La repetición de una amable melodía...

Y el comienzo de una feliz armonía,
la introducción a las montañas,
la apertura mental.
Cuando el baile termine,
cuando la orgía calle,
damos paso a la oscuridad.
Apaga la luz, apaga la luz.

Crezca o no el ser, se oye su grito siempre.
Siempre en distonía, carece de mentiras.
Así es, luego, la verdad.
Luego, el amargo otoño se vuelve cálido,
primavera de almas,
dispuestas a encontrarse.
Muy adentro se muestran las caras,
no van a parar
hasta que la niña afuera salga.

Antes de hablar de santos,
antes de ir a dormir,
quiero escucharlo,
el grito del lejano,
el canto del extraño.
Vuelve, regresa a mis brazos.

Caminar en los jardines del edén
y no volver.
¿Qué han hecho con la tierra?
La han arrastrado hacia abajo
los hombres respetables
que quieren al mundo ya.

Permítaseme exclamar mi sufrir aquí,
un grito de agonía, éxtasis de alegría.
Maldito, condenado, salvándonos,
creándonos.

Recreando
el caos,
el canto,
interminable,
aquí,
presencia ante el juicio,
brillo eterno, jamás dañino,
único amigo,
lo digo hasta el final
porque no creo en dicho acabar.

jueves, 10 de julio de 2008

Cantos, cantos bellos,
efímeros.
Ninfas que danzan
a través del rosado cielo.

Comienza a darse luz al día
en el recóndito escondite del mundo.
Nubes, pululan los diminutos seres
pensando en su futuro...

Un futuro de rosas,
claveles y mariposas.
Las alas blancas del presagio
nos han sorprendido.

Cada hada escoge pareja
y empieza a bailar.
Comienza una fiesta,
orgía en el hogar.

Recelos de un amor,
veneno,
a orillas del firmamento.

lunes, 7 de julio de 2008

En frente,
por no más de un mes al año.
Alcanzar sus sueños,
ver pasar sus años en el camino
que ante su ser se paraba firme,
gigante.

Cruzaba entonces la impertinencia de ser yo,
mayor, adolescente errante.
Creían "para tu vida, será mejor su encerrar".

Salí al bosque dormido
a buscar por lo perdido.
Y al final he hallado
la inocencia de ser niño.

Oh, amado mío, que en mi carne estás dormido, perdido.

Entrego lo mío, mis oros, mis vinos.
Créeme, no es mi destino.
Ay de aquellos que amen a lo divino,
porque el rey sigue jugando, lo escucho aquí,
se mete en mi oído.
Conoce mis sentidos,
altera mis fluídos,
ensordece mi instinto.

Carbonízame,
angel de alas caídas,
pues veo en ti la muerte,
reencarnación y eterna protección.
Acaríciame, mujer de largos cabellos.
Te entrego el brazo
si tú lo crees bello.

Huí,
huí con otra mujer,

hoy,
aquí.

Está la vieja máquina allí,
corriendo la vieja cinta,
tu favorita.
Estamos todos viendo lo mismo,
con anteojos comprados al mismo hombre.

viernes, 4 de julio de 2008

Acarreasen mi alma hacia el vacío inhóspito de un rosedal sin espinas.

Torturasen mi cuerpo los astros rojos de la carne.
Pronunciasen mi nombre banalmente seis veces.
Extirpasen mis virtudes y las vendiesen a los perros.
Montasen un altar sobre mi, cual circo de inmundicias celestiales.
Atasen mis huesos a mis crímenes como en la morgue atan costales de muerte día a día.
Apagasen mi aura con agua sacramentada.
Amasen a mi sangre como yo corto mis dedos.
Contasen a mis padres que no soy un niño bueno.

Las ratas están en mi habitación,
puedo oírlas noche a noche.
Y el llanto del bebé...
perpetuado en mis oídos.

He descubierto al sol del inframundo.

domingo, 29 de junio de 2008

De rodillas

Oh, padre, querido, mi pastor,
me presento aquí hoy, me confieso:
he pecado,
débil fui, y me perdí.

Oscurece, he dejado el nido
atravesando valles, caminos.
Pero sale diurno el sol,
la luz.

Juegan las cuerdas
a vibrarse unas a otras.
Se está despertando:
negro, la nada.

Gotas, tendido en el sublime llanto ancestro de un dios.
Lagos, empieza el nacimiento:
alguien del infierno.

Me mira macabra, seductora.
No pretende enloquecer mi mente,
sólo dejarme atrás.
Juega conmigo hasta el final.

El estereotipo más débil
crucificado a vivir en carne,
machacado y defraudado.
Se prepara para su farsa, falla.

Hoy cavo mi tumba, señores,
para adentrarme en mi muerte,
pues "allí" me llevará, revelará,
rebelará.

He llegado a mis partes más nobles,
la locura de la tierra.
Es esa,
la voz del malvado.

Se acerca y le da la bienvenida,
ya pasó las puertas de abajo.
Rojo, negro y blanco son
los colores de la perdición.

Le está contando al mundo
que será gobernado
y con dolor,
sacrificado.

Nefasto, mirarlo cara a cara.
Así ellos lo ven.
Saben que mirarte pueden,
Rey del sur del edén.

Sus ojos, ciegos.
Está aquí el lado izquierdo.
Es la quema
que deliciosamente han hecho.

Vi el oeste
y pude caer en el este.
Me tentó,
escapé.

Nadie de esto se salva.
Todos caen
cuando es pura
la maldición.

Y, oh, espectadores,
ésto es la maldición.
El fénix,
el cenit.

Sí, la clave de tus ojos
no viene con los gnomos.
Ataco al miedo de tus sueños
para ser tu dueño.

Odio tu enseñanza,
no vas a la iglesia?
La verdadera,
esa que te acecha.

Me arrodillo:
la cruz, oscura.
Miro arriba,
al crucifijo.

Ruego por mi vida,
pobre y sin valor.
Hoy vengo a ti,
todo el mundo habla de dios.

Fornícame,
no se ve la cruz.
La cruz,
no se ve la cruz.

sábado, 21 de junio de 2008

¿Es posible, pues, gozar de aquel festín
detalladamente acabado, perfectamente pulido,
si dicha orgía se trata del acto de observar,
contemplar
el aura de luz que ejerce presencia
y se filtra a través de un ventanal
de oscuros y crueles afueras?

¿Es inaudito, acaso, regocijarse en un manto de contumacia
por oír las armónicas distonías de cientos de aves,
desde la risa del crepúsculo
hasta el llanto del ocaso?

¿Castigan, quizás, a quien derrama lágrimas de ostentosa alegría
al ver caer a un hombre en el sucio pavimento,
así como golpean fuerte las gotas de lluvia
en los grises tejados?

¿Es macabro creer, entonces, que un niño disfrute
degollando insectos
como el otoño lo hace con los árboles?

Sin embargo, sin pensarlo, sin reparo,
marchan en disonancia los ilusos sátiros
que giran la rueda en beneficio propio,
gozosos, contumaces, alegres, orgullosos.

sábado, 14 de junio de 2008

Flores






















El muro se derrumbó
en un instante
al exhibirle al niño
el cuerpo sin vida
de su madre.

Quién va a velar
por los tormentos
del infante?
Quién forjará el ataúd
que encierre
su alma muerta?

Ahora intentan frenar la máquina.
El humo asfixia.
Verde se presenta,
gris se disfraza en el aire.

Han damnificado
el futuro existir
de cada paso,
cada llanto.

Han osado
destruir la atmósfera
de alegría
con flores repulsivas
compradas al diablo.

Callaron a la bestia que crecía,
la ataron de pies y manos,
boca abajo.
La crucificaron.

Está pagando
día a día,
sueño a sueño,
sujeto a su corral,
lo que hicieron con él.

Ya bajé a cristo
de la cruz
y lo enterré
con sus muertos.

Retorcí los engranajes
de la confusión
y recorrí mil desiertos
para encontrar la luz.

Un nuevo muro a construir,
otra historia por vivir,
otro cuerpo ver morir
y una corona de espinas para el rey.

El rey con el cráneo corrompido,
la columna violada por el metal,
el aullido sombrío,
el repentino oscurecer del alba,
sacrílego.

Aprender a volar será difícil
para el ángel,
sin alas,
sin luz.






Foto: "Anti Christ", Joel Peter Witkin

viernes, 6 de junio de 2008

Día seis

Un ángel rosado
flores marchitas
presagios consumados
súplica
música insoslayable
silencio.

Y el sexto día dios creó al hombre.
Y el sexto día el hombre creó al diablo.

Húmedo
como orgía de adolescentes
padecen espinas
llagas que sangran
turbios fluidos
los beben
y hacen con ellos otro acto macabro
encarnizada festividad

Y el sexto día el diablo mató al hombre.
Y el sexto día el diablo descansó.

Plácido
como el abatir de los cuerpos
la calma que consigue al aquelarre
los posesos liberados
elevación
orgasmo de los entes
vuelven a existir

Y el séptimo día dios descansó.
Y el séptimo día el diablo lo mató.

Caos.

martes, 3 de junio de 2008

Alegoría de lo nefasto

Repugnante.
Disgusting.
Horrible, decrépito.
Like a choking elder.
Entran en el salón, se sirven el banquete.
They chew everything, also themselves... creepy.

Así las dos lenguas los escupen, los envuelven hasta la vejez.
Their eyes are lost, confused.
Los insultan, los aclaman también.
They're insane, they don't even remember who they are.
Sus caras se van hundiendo cual implosión de genitales,
revolviendo entrañas hacia adentro.
Headless, screaming throats, a couple of bony long fingers.
La comida cae abundante desde sus bocas sin dientes.
Blood is spread all over, everywhere.
Migajas por doquier, resabios de carne, muerte.
Pitiful.

Y no es que el lugar agrade al espectador... es desabrido.
Almost a ruined castle with hungry wolves.
Repulsivo.
A sadistic show of horror.
Todos juntos devoran como brutas alimañas.
No one can run, neither can I.
Abaten con todo.

Y ahora, las tan cretinas imágenes se presentan en la corte:
Espejos llameantes,
antiguas lámparas, mentirosas, enemigas,
un pasillo hacia la locura,
la esperada cuenta final,
luz del día,
cerdos revolcándose en charcos de inmensa alegría bestial,
el hombre inculto y salvaje,
el ser irracional,
el elixir que no era,
el silencio y la sumisión.

Las dos lenguas lo gritan.

domingo, 1 de junio de 2008

En oro, den oro en orden, oro den, orden

Surge de un café derramado, viene a llevarse al ángel alado dorado masacrado escoltado enchastrado que te escuda.
La asquerosa máquina, con sus piezas encastradas, llenas de sangre, aceite, muerte.
Qué impaciencia, cuánta soledad, qué desgarro. Aaah, es la máquina mental, la que camina en luz y sombra, sin guía, sin perdón, sin rencor, sin odio, con odio, la contradicción de un ser real artificial.
Apaciguantes los rayos son, violetas, que se disparan, aunque caóticos.
Como crepúsculos dorados que rayan la foto antes de revelarse, la última hoja que el fin anuncia, el del otoño. Como el hombre sentado en la colina, que acaba de morir.
Lo limpian, se lo llevan.
Orden.
El cuarto está limpio nuevamente.

jueves, 29 de mayo de 2008

Un día

La bestia, el asesino, el poderoso destructor.

El intolerante, el sacrílego, el odio en carne.
El grito, la furia, los miles de animales salvajes...

O la infancia, la ternura, el inocente.
La fraternidad y la luz que van de la mano, la calma.
El niño, el respetable, el tonto...

O el atormentado, el ensuciado, desdichado.
El que muere aplastado de risas macabras, lanzas que lo clavan.
Solo, náufrago, rendido, el humillado...

O el padre, castigo y compañía.
El lobo, el sabio, el falso guía.
La ayuda innecesaria, el corregidor...

O la madre, ausente, distante.
Amor en flor marchita, diosa del pasado.
La enseñanza eterna, la semilla sembrada incapaz de renacer...

O los miedos...

O el letargo...

O la inmensa alegría...

O el abismo en el alma...

O la droga incomplaciente...

O esos tres números...

O el complañir de cada día...

O el tullir de cada paso...

O las inseguridades...

O yo.

miércoles, 28 de mayo de 2008

El corazón podrido que latía apresurado

se comió mi mente
e hizo de mis malvados demonios enterrados
un circo vivo y reluciente.

Treparon las hormigas donde había luz
y devoraron la carne que había madurado.
Desnudaron al niño y lo crucificaron,
lo expusieron al sol y lo mutilaron con penumbras.

Entonces, la armadura ya no es de metal?
La inocencia seguirá pagando por no fallecer a voluntad del gigante de tres brazos?
Esas aves vuelan pero no despegaron de su nido.
Aún luchan en él.
Esos peces descubrieron el camino adverso a la corriente,
pero la siguen dolosos de ellos mismos.

Quién viene ahora entonces a sujetarme en esta silla de cristal?
Los sin cabeza nos atormentan, juegan a hacer el mal.
Quieren su... no, no quieren nada. Vienen a molestar.
Siempre van a estar, y es muy fácil poderlos matar.

sábado, 24 de mayo de 2008

Tal vez si todos miráramos esas líneas,

lejanas,
que se odian,
y quisiéramos juntarlas en nuestro espejo,
formando una,
obtendríamos lo que siempre hemos buscado.

domingo, 11 de mayo de 2008

Machacar el sexto signo

Y cuando caigas en mi río tú me gritarás
"dame un barco que me pueda salvar"
pero serás mi esclava y en mi carne estarás
hasta que te libere cuando acabes en mi mar.

Quiero enchastrarte,
sé mi sucia niña.
Quiero arrancarte,
clávate en mis espinas.
Estropearte y arruinarte,
ante mí vas a arrodillarte.
En tus labios derramarme,
sangre y aire, lava y sauces.

Romper tu cordón umbilical,
cortar el tejido de tu castidad.
abrir la coraza de tu felicidad
y elevar sus más codiciados sueños de luminidad.

Quiero masticarte,
sé mi sucia niña.
Quiero treparte,
quédate en mí, rígida.
Adentrarme y derrumbarte,
por mí vas a quebrarte.
A tu cuerpo absorber,
y el último grito de inocencia ver caer.

Con el gran número te voy a llevar.
Con el gran número te voy a matar.
Con el gran número te voy a enterrar.
Dame un seis, te voy a llevar.
Dame un seis, te voy a matar.
Dame un seis, te voy a enterrar.

Sólo porque quiero enloquecer
y a mi alma ver correr.

jueves, 1 de mayo de 2008

Para exprimir al más ciego no estaban los cuatro, estaban los ocho.
Las lanzas que clavan tu cuerpo en un bello crepúsculo dorado sin sinónimos de muerte alrededor y
sin dejar de creer en la marca que forjó la tierra divina alguna vez damnificada por los dioses que esculpieron a este mundo sin razón, sin temor, con mucho dolor de corazones que caen caliente por el abismo mental que en las razas de las llanuras crecen para marchitarse en un mundo de sequía y lágrimas muertas en cajones polvorientos de días de lamentos, con la cuota más larga de rencor en el alma del más ciego, pues será exprimido no por los cuatro sino por los ocho.
Aquel día de gloria ya llegó.

sábado, 26 de abril de 2008

Sedas

Impactaron las calles cuando reinó el rojo tejado.

Los emblemas, las furias internas, nos aterrorizaron, gobernaron.
Que corran, quiero verlos. Ellos, los rostros intensos, densos.

Aah... el carruaje bajo nivel del mar, la calma eterna.
Ha llegado el día en que las esferas se rompían.
Gemían, sucumbían. Las almas, el nuevo día.

Fuego, asco, viento, ruego. Descenso, descenso, descenso, descenso.
Y adiós adiós, largo y perecedero.

Aah... el día que la madera se quebró y el juego la plaza no iluminó.

lunes, 21 de abril de 2008

La caída del sol

Ya no quedan cajones donde meter a nuestros muertos.
Los vientos soplan fuerte, ya nada los detiene.
Danzan los astros moribundos sobre el pasto gris.
Se pierden los colores, se añejan los vinos añejados.
Se arma el rompecabezas que determinará el final del juego.
El pacto con el diablo ya no nos salva.
Llegó la hora de cumplirlo.

lunes, 7 de abril de 2008

Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete,
el dios llega y a nadie sorprende.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete,
la mente juega y él se divierte.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete,
la espera cesa y el amo siente,
Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete,
golpea el temor, la luz se fue.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete,
y ya uno menos, que ya no esté.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis,
soy salvador y en mi creéis.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis,
unos se ahogan, peleando me ven.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis,
a otro mataron, no son más seis.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco,
en esta esquina, su cuello infrinjo.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco,
era impostor, ya se cayó.
Uno, dos, tres, cuatro,
la nube negra que yo atrapo.
Uno, dos, tres,
para las tres, quizá muerto estés.
Uno, dos,
ya te has unido a su canción.
Uno,
finalmente a él me uno.

martes, 1 de abril de 2008

Tengo tanto para guardar

que puedo hacer una
Valija
sucia, olvidada y gris
que vomita llantos de niños
eterno estado fetal
y puedo hacer con ellos
una pequeña flor de pétalos
cristales de todos los colores
abundantes, llenos y orgullosos
como para poder llenar ese espacio
emprender ese vuelo
alas ligeras y torpes
y llegar por tierra
al amargo hogar

limpia, eterna y dorada.

martes, 25 de marzo de 2008

el puente,
el ala,
el fósil,
la escuadra,
la estafa,
mi casa,
sus piernas,
la esfera,
la tierra,
viajeras,
panteras,
la ausencia,
la amnesia,
la inercia,
dos ruedas,
culebras,
rasguños,
sol diurno,
el mundo,
las flores,
los roces,
la estrella,
la bella,
la horrenda,
la sangre,
la muerte,
no verte,

son esas cosas que inevitablemente llevan a lo mismo.