sábado, 14 de junio de 2008

Flores






















El muro se derrumbó
en un instante
al exhibirle al niño
el cuerpo sin vida
de su madre.

Quién va a velar
por los tormentos
del infante?
Quién forjará el ataúd
que encierre
su alma muerta?

Ahora intentan frenar la máquina.
El humo asfixia.
Verde se presenta,
gris se disfraza en el aire.

Han damnificado
el futuro existir
de cada paso,
cada llanto.

Han osado
destruir la atmósfera
de alegría
con flores repulsivas
compradas al diablo.

Callaron a la bestia que crecía,
la ataron de pies y manos,
boca abajo.
La crucificaron.

Está pagando
día a día,
sueño a sueño,
sujeto a su corral,
lo que hicieron con él.

Ya bajé a cristo
de la cruz
y lo enterré
con sus muertos.

Retorcí los engranajes
de la confusión
y recorrí mil desiertos
para encontrar la luz.

Un nuevo muro a construir,
otra historia por vivir,
otro cuerpo ver morir
y una corona de espinas para el rey.

El rey con el cráneo corrompido,
la columna violada por el metal,
el aullido sombrío,
el repentino oscurecer del alba,
sacrílego.

Aprender a volar será difícil
para el ángel,
sin alas,
sin luz.






Foto: "Anti Christ", Joel Peter Witkin

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