sábado, 19 de julio de 2008

Canto a lo perdido

Ninguna mirada a tus ojos
y otra vez
no poder teñir al firmamento
con ojos al viento.

Marchando, el consentido.
Obnubilado, el cretino.
Creando caminos
para el peligro.

En el castillo del rey,
dentro del oro,
justo en la boca de la serpiente,
la antigua y preciada tierra.

Añejados los pasajes del oeste están,
nuestra mejor opción aún será.
Y el jefe azul es quién nos manda.
Trata de llevarte consigo
a la ciudad de donde vino.

Bajando por el corredor
he encontrado restos de vino y...
subiendo la escalera he abierto la gran puerta y...
detrás de la cortina me he escondido advertido y...
caos, exitación y aceptación, entrega al placer,
malvado surrealismo.

Encontrémonos en la cima,
veamos qué tan cálido es todo
cuando al fin sabemos
que el cielo ha mostrado su real rostro.
Todo es real,
ya no hemos de llorar por la aparición de algún monstruo.

Sentado a la mesa, ante un banquete divino,
creemos una farsa,
todo es un canto a lo perdido,
mis ojos ya lo han visto.

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