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Danzan y danzan los cepillos de la muerte oscura
permanecen colgados como si fuera una tortura
Como almas en pena sin alma y bajo condena
se escucha un grito que desgarra al desgarrado del afuera
Sin cesar dan vueltas en sus grilletes
piden clemencia, un sol naciente
Libertad, libertad
su majestad
No más sangre, no más sangre
señor sangre
Largas horas colgados, por siempre desesperados
las tripas derramadas, la carne no devorada
y aquí, olvido... olvido... sucio olvido
Que quiénes son los fallecidos? los piratas del despido
Los cariños no adquiridos? los espejos compartidos
Un hombre una vez le dijo a dios que le conceda un deseo, y éste accedió. Le pidió un racimo de rosas y le quitó las espinas. Con las espinas construyó una carcasa donde guardó su corazón. Y la luna cayó sobre ellos, y las montañas bajaron. Y nadie pensó que las nubes hubieran regresado. Y nadie imaginó que las tormentas se habían acostumbrado.
Y entonces murió, el pez del no oceano
colgado, sangrando, gritando muerte
buscando suerte
que lo libere
de
los elefantes
del salón dorado del corsario que nunca quiso ceder a la putrefacción de los órganos psicoestelares del manto sagrado
Y no subió por la escalera. No
NO. Bajó a lo mas profundo del infierno
donde no podía ser colgado