Roma, ciudad triste que todos ven feliz... porque te miran al revés, Roma. Roma, y un hombre castigado por un león. Mientras todos lo ven sufrir, le desgarran el corazón. Roma, tierra de falsas coronas. Las llevan los que no quieren y no los que las imploran. Roma, majestuosas construcciones que jamás alcanzaremos. Roma, la injusta elección del rey. Dentro de todos nosotros, Roma. Te miran al revés, Roma.
No, no te subas al tiempo. Deja que tus manos suban al árbol ya, no habrás de esperar. No nazcas en ese mar de contenida distancia. Corta la soga y date a volar, voy a saberte conmigo cuando lo hagas, pequeña alondra de mar, solsticio fugaz.
Mil novecientos treinta
Han los cielos de mirarme cuando en rojo caigan las pesadas almas de mí en tierra firme. Saquearán mi ser y me veré perdido o me encontraré, y entre dos ventanas o montones de hilos colgando decidiré cómo abrir mi esencia a mi ser.