lunes, 30 de abril de 2007


Y en la muerte quiso hallar paz.
Creyó que ese último suspiro le daría toda la felicidad que siempre buscó, que siempre soñó.
Tan solo un segundo duró y todo cambió.
Ahora todos la lloran y su alma implora que la dejen irse, que borren todo recuerdo de ella. Porque ella no murió. Ahora está más viva que antes, dentro de las mentes de todos, dentro del palacio de cristal de los monos dorados que caminan sobre la roja alfombra de la destrucción total.

Así fue como se percató
de que forzar su muerte fue un error
sabiendo ahora que ya todo perdió
y con rencor hacia lo que ella misma provocó

Pero algún día los palacios de cristal se abrirán y todos saldrán en libertad. Y los leones volarán. Y la despiadada gran alfombra arderá en llamas. Y los monos dorados serán verdes y serán capaces de recorrer la vida en plena armonía, en plena naturaleza.

Y así fue como la niña no murió
Y así fue como nadie más pereció
Y así fue como todo se reunió
Y así fue como desde las cenizas todo resurgió
Una vez más, una vida más, un camino más
El camino de los árboles, el del leon volador
Y yo estoy volando con él.

1 comentario:

N. dijo...

Esa capacidad fabulosa de la narrativa, la fantasía, lo mitológico.
Tenés el lenguaje de lo místico.
Simbolos de cuento que esconden significados mortales, que es preciso ocultar.
Una caja de pandora
La metáfora vista desde los ojos de un niño.
A veces, envidio tu estilo.
Alguien dijo una vez:
La narrativa tiene la virtud de mostrar sucesos sin cometer el error de describirlos.
o algo asi era...