domingo, 18 de noviembre de 2007

Estaciones, lugar del tiempo



















Aprovechó esa noche para ahogar penas,
vaciar vasijas llenas.
Una estación lo esperaba,
la del calor, una flor y un poema.

Dentro del cristal estaban sus ojos.
El cristal, el lugar puro y rojo.
Su boca, sus rasgos más bellos,
se hicieron presente en la noche del beso.

Así fue que se abrió la flor
Así fue que se abrió, con sus pétalos sin temor.

Pero esa estación terminó y el tren lo llamó.
Hoy sus botas que subieron al infierno serán sus compañeras.
Temor, cariño y dolor, se fue y no se despidió,
se fue y no se despidió.

Tal vez la vea,
igual a ella será la estación que en número "diez" pasará.
Tal vez la vea,
Y ese día no lloverá.

Así fue que se cerró la flor
Así fue que se cerró, con sus pétalos perpetuando al amor.

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