Hoy que está todo tan claro y oscuro. Las blancas nubes tiñen el limpio cielo celeste. Y hacia el otro lado, el mal. La oscuridad devorando los rayos del sol cual alimento para vivir.
La escalera que conduce al cable pendiente se dirige hacia los demonios. Las viejas raíces del inframundo resurgen más verdes que nunca. Y en el antiguo escrito se encuentran las últimas palabras del día en que el bien y el mal dieron su lucha final.
El miserable diablo negro mira impaciente para todos lados, marchándose al campo de batalla para contemplar la lucha desde abajo, su lugar. La puerta está abierta pero los barrotes solo me dejan ver.
Se oye la voz del sabio anciano, paciente.
Todo terminó... Y volvió a empezar.