miércoles, 23 de mayo de 2007

Como el mensajero de la paz


Uno va caminando por el camino del zurco azul y de golpe viene el arcoiris volador que nos lleva a pasear a todos en esas tardes melancólicas de lluvia. Como un oasis en el desierto, como una estrella en la oscuridad, como un amor en primavera...
Único, irrepetible. El arcoiris, qué alivio. El arcoiris, ahí vino el arcoiris, qué alivio, ahí vino el arcoiris... Vino para salvarnos del monstruo de agua, de la tristeza de una tarde de lluvia infernal. Es la luz al final del túnel.

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