Cuando el telón caiga, sé que puedo verte.
Cuando el gran señor me mire, puedo verte.
Cuando la bestia me grita, te puedo ver.
Lloro mis desesperaciones terrenales, y ahí te veo.
Laten, laten los corazones de los sin nombre.
El único que queda vivo es el rostro del hombre.
Hasta la cosa más cruel, el demonio hoy responde.
La herramienta nata del ser humano siempre está
sobre el cordón umbilical,
Golpeando firmemente.
Todos los cables del final llegan a vos.
Una perfecta conexión, ésta.
Será?
lunes, 17 de marzo de 2008
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