La pared estelar de las aves carroñas que habitan el mal,
o la frontera, la poderosa transformación.
Está la tormenta, inmaculada.
La sangre, el ruego, la mal hablada.
La carne, el odio, el cielo, el aura,
el espejo, la llama, la reina del viento.
Y vagan todos por doquier.
Despertando a las montañas.
sábado, 22 de marzo de 2008
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